¿A quién no le pasó alguna vez que cierta persona te envió un encargo, y de tanto ver noticias sobre la evolución de la industria del narcotráfico, te pusiste a pensar que en el bolso o maleta que te pidieron comedidamente que envíes por el correo o la encomienda del terminal, te ibas a encontrar con 40 kilogramos de cocaína, pero en realidad te encontraste con dos libras de humitas que la tía Rosa quería que el Chalo se comiera en Loja? Bueno, a esto nos han llevado no sólo los noticieros que día tras día anuncian la incautación de drogas, ya sea en valijas diplomáticas, atuendos de monjas o de árbitros, sino también a la imposibilidad de enviar humitas, tamales o chiwiles por e-mail...
1 comentario:
... a estas alturas la desconfianza se manifiesta,y para ir recuperandola, que mejor que agudizar el olfato y descubrir el aroma de las humitas recien hechas y compartir con la policia en plena aduana.
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