miércoles, marzo 13, 2024

El sótano (2022)


“Se llamaría La venganza de Venus, pero el jurado sugirió cambiarlo por El sótano”, decía el texto de la revista Rocinante de octubre de 2022, que reseñaba a los ganadores del premio La Linares de la Corporación Cultural Eugenio Espejo. A Juan Carlos Moya, su autor, lo conocí a través de los textos que escribía en el suplemento Familia del desaparecido diario El Comercio y posteriormente en el programa Al filo de la Medianoche de la entonces Radio Pública de Quito (Municipal FM), cuyos textos no me parecían espectaculares, pero tampoco indiferentes.

Como abonado del plan del libro de la Empresa Eléctrica Quito (que distribuía o distribuye aún los textos de La Linares), a veces recibía el libro del mes con varios meses de retraso o no lo recibía. Fue tras intercambiar un ejemplar de Cómic-19 de los dibujantes NoF y Carlo en Casa Égüez con el muchacho que trabajaba allí que finalmente logré hacerme del texto de Moya, cuya portada en negro se me hacía inevitablemente elegante. Tras varios meses acomodado en el librero, finalmente decidí abrirlo este año, luego de terminar Las penas del joven Werther de Goethe, que había empezado el 31 de diciembre de 2023. Las historias conectadas de sus mujeres protagonistas me recordaron esa peli que vi hace varios años, Babel, con Brad Pitt y Gael García.

Por encima de dos que tres errores tipográficos de la edición, debo admitir que el texto me atrapó de entrada, por la contundencia del tema de la violencia infantil y de género. Luego, el fascinante retrato de Frida, nombre bastante cliché pero que describía un personaje interesante creado por el deseo de venganza, que me hizo suponer sería la protagonista del resto de la historia. Luego, Rafaela, después Silvana (personaje que también me pareció cliché pero no tan interesante como Frida), después Carmen y luego mi personaje preferido, Ana. 

En tiempos donde pese a la lucha feminista las noticias de femicidios y violencia contra las mujeres siguen siendo titulares, siempre será importante reencontrarnos con nuestra voz humana e intentar mirar la vida también desde otros ojos, a mi entender, la principal fortaleza de esta novela.

El sótano
Juan Carlos Moya
Campaña de lectura Eugenio Espejo
2022
8.5/10

jueves, diciembre 14, 2023

Solución

5(x) -2(x-2) -6= x
5x -2x +4 -6= x
3x-x = 6-4
2x = 2
X = 2/2 = 1

X = 1

¿Resolviste? Pues no sirvió de nada, tu vida sigue igual de vacía.

jueves, noviembre 30, 2023

Quito, un pueblito con Metro



Mañana se inaugura el tren subterráneo de Quito que por décadas se creyó imposible en nuestra ciudad.  A inicios de 2023 ya se hicieron unos viajes de prueba y alguien ya había accionado una alarma por supuesta curiosidad. A dos días del inicio de la operación comercial alguien presenta recién una demanda porque no hay baños en el lugar, pese a que administraciones anteriores ya explicaron el por qué. Cuando el penúltimo alcalde, Santiago Guarderas, desesperado por poner una placa con su nombre quiso inaugurar el Metro ya hubo un desmadre en la estación Quitumbe. 

¿Es Quito un pueblito con Metro? Inevitablemente me recuerdo de puberto, en 1995, cuando se inauguró el trolebús, que el alcalde de entonces Jamil Mahuad aseguraba que resolvería el tráfico de la ciudad y la contaminación del aire, además que operaría durante veinte años (sin anticiparnos que también sería presidente y nos clavaría un feriado bancario). Es 2023 y todavía vemos algunos troles destartalados, el tráfico tan o más pesado, el aire sigue tan sucio como entonces, hay andenes bastante largos donde la salida se hace por el mismo lado de ingreso, si no practicaste mosheando o pogueando en el Quitofest no puedes ingresar a uno de los buses en hora pico, la gente no reconoce hasta ahora algo tan básico como salir o entrar siempre por su derecha y todavía hay subnormales que hacen todo el trayecto en las puertas de entrada, recordando con nostalgia quizás a los antiguos colectivos de transporte popular donde viajaban colgados o guindados, por poco desde las ventanas. Sin contar además que nunca conocí alguno de los martillos de emergencia para romper las ventanas y a veces salgo sordo gracias a los panas que ponen la música de sus celulares a toda madre en lugar de usar audífonos.

Por encima de vainas de contratos y negociaciones que los de a pie quizá nunca lleguemos a conocer o entender del todo, más que "cuidar el metro", cuidemos de nosotros mismos como usuarios, respetando el transporte público como espacio público y derecho de todos. 

martes, noviembre 14, 2023

Geovanny Rivera, otra voz que se une para siempre al rock ecuatoriano


 “Fuimos los primeros en poner rock durante los recreos del colegio Nacional Maldonado” sostenía con cierto chauvinismo, que lejos de sonar odioso evocaba mucha alegría al referirse a sus años de estudiante, a fines de los años ochenta e inicios de los noventa. Geovanny Rivera, nacido en Riobamba, capital de Chimborazo y ciudad ubicada en el corazón del país, forma parte de un legado construido junto a otros entusiastas locutores como Hugo Beltrán (La Zona del Metal) o Pablo Rodríguez (Distrito Rock), que se mantienen vivos en el corazón de muchos rockeros ecuatorianos.

“Llegué a la música de rock por mi hermano”, decía al referirse a los vinilos que su hermano mayor, Mauricio Rivera trajo alguna vez a su casa, de bandas de rock en español como Obús, Barón Rojo, Los Prisioneros, Rata Blanca, Muro o Ilegales. Sin embargo, la difusión del rock nacional se convertiría en el gran objetivo de su vida, que a la par de su carrera de abogado que ejercía de forma independiente sería su actividad más importante, misma que ejercía desde las cabinas de la emisora Sultana FM 90.1 de “Río” en el programa La Fuerza del Rock, que cada viernes por la noche, entre los sonidos de cumbia y reguetón que inundaban las discotecas y radios, era una antena para quienes deseaban, a la vieja escuela, disfrutar de la compañía de un buen rock mientras aún trabajaban, estudiaban, departían entre amigos o simplemente querían terminar la semana en casa.


“Cuando fuimos a Riobamba nos invitó a comer y dio un paseo por la ciudad, se le cachaba buena gente” recuerda Luka Stronzy de Inocencia Perdida, que en alguna ocasión acompañó a Satrina Tyr en una actividad promocional de Hiddenland. “Poder Azul y Rojo”, donde dio cabida a varias bandas riobambeñas y “Poder Amarillo Azul y Rojo”, donde difundió a agrupaciones de todo Ecuador eran los segmentos más importantes de La Fuerza del Rock, como recuerdan varios músicos de bandas como Amazón, Profecía, Arrechos, Demolición, Mortal Decision, Zakeo, Wizard, Cerpiente,  333,  Trípode, Notoken, Ódica, Axia, Cruz del Sur, Babel, Basca, CRY y Chérnobil, al igual que distintos colectivos como Telón de Acero, Emprendendores del Rock, Rock sin Límites, Rock más vida, Rock al Pantano y Bajo la sombra del Underground, quienes le expresaron su agradecimiento y hasta siempre.


Otros datos y anécdotas

Fue Licenciado en Jurisprudencia y Ciencias Sociales por la Universidad Central del Ecuador y Doctor en Derecho Constitucional por la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela.

Era hincha del Barcelona SC de Guayaquil, aunque también se declaraba respetuoso admirador del Olmedo de Riobamba.

Previo a La Fuerza del Rock debutó en 2000 en radio América con el programa Gritos del Rock.

Protagonizó y seguirá protagonizando la historieta Don Geova, publicado en las redes sociales del dibujante Niko.

“Que el rock sea parte de tu vida y no solo una etapa”, fue su frase de cabecera.







lunes, noviembre 13, 2023

Quito Fest: 20 años de diversidad

 


Pocas personas recuerdan quizás cómo era el parque Itchimbía hasta los años 1990: un potrero semiabandonado donde de vez en cuando alguien llevaba a pastar una vaca, donde se jugaba una liga barrial de fútbol entre equipos de El Dorado y La Tola y un sitio de verano donde los chicos iban de vacaciones iban a conseguir sicses para hacer cometas. Parte de esos mismos guambras serían años después quienes participarían de la primera edición del Quito Fest en 2003 en el parque de la Carolina, donde unos aún novatos Can Can o Guardarraya formarían parte de su primera edición, que tras otros eventos de antaño como el Pululahua Rock desde el Volcán o el Al Sur del Cielo, soñaba en grande, queriendo alcanzar quizás al Rock al Parque de Colombia o al Cosquin Rock de Argentina.

Ya reformado, el parque Itchimbía acogería desde 2005 a esta fiesta de la música que pretendió unir en un mismo espacio a públicos de todos los géneros de rock y fusión, con varias bandas de Ecuador y Latinoamérica como Cacería de Lagartos, Muscaria, CRY, Mortal Decision, Notoken, Ente, Total Death, Chancro Duro, Basca, Descomunal, Lucybell, Cuarteto de Nos, Babasónicos o Zoé, agrupación que no se pudo presentar debido al gran aguacero que inundó el parque en la edición de 2008, que sin embargo, no impidió que el evento se siguiera desarrollando.

Tras mantenerse como gratuito pero con el inicio de una crisis económica que impidió que los entes públicos que auspiciaban el evento continuarán aportando, en 2017 y 2018 el festival se volvió de pago, en un debate que aún se mantiene vigente respecto a si la gratuidad contribuye a la difusión cultural y al impulso de las bandas emergentes, que músicos y aficionados aún sostienen en las calles y redes sociales.

Los ritmos de reggae y tropical urbano también estuvieron su espacio junto a The Skatalities, Godwana, Los Zuchos del Vado, Sudakaya, Guanaco y otros exponentes. Angra, Testament, Walls of Jericho, Krisiun, Dying Fetus, Barón Rojo y Venom también han contribuido desde el sonido metal a este evento, que sin embargo mucha gente espera también como una oportunidad para conocer a nuevas bandas emergentes que tengan al fin el chance de brillar, en este evento que tras la pandemia de coronavirus volvió a ser de entrada gratuita.