martes, marzo 11, 2014

El malentendido de la afiliación obligatoria al IESS



Todo ecuatoriano es consciente de la importancia de la Seguridad Social. ¿Quién no sueña con una jubilación digna, "sin opulencia pero con dignidad" como decía Rafael Correa en su discurso de posesión hace ya 7 años? Todos somos personas, que en cualquier momento pueden enfermar y acceder a atención médica. O en su defecto, a todos nos atrae la idea de un préstamo para una casa o un auto.
La semana pasada, sin embargo, la declaración de un funcionario del IESS, Raúl Torres, prendió la alarma: según explicaba, desde abril todo profesional sin relación de dependencia debería afiliarse obligatoriamente al Seguro Social, pagando un monto del 20,6% de su ingreso promedio, mismo que podría verificarse con la información del SRI en caso de variar los datos. Muchas personas, especialmente profesionales jóvenes freelance expresaron su malestar en redes sociales.
Esta mañana, Fernando Cordero ha declarado en rueda de prensa que la cosa no era así, sino que se trató de un malentendido, y que Raúl Torres entendió mal una parte del boletín de prensa que debía informar de la Resolución de la entidad. El "Corcho", aclaró que la afiliación sigue siendo voluntaria, pero que quienes deseen ingresar en el rol obligatorio, siempre sí deberán pagar el monto de la quinta parte del ingreso regular.
Ante un IESS del que mucha gente se queja debido a deficiencias en la atención médica, con una institución llena más de burócratas que de médicos (Cordero ha dicho también que se vienen en camino 2000 especialistas médicos, qué bueno al menos), frente a las posibilidades de aseguradoras privadas que incluso ofrecen cobertura médica a nivel internacional, quedan varios escenarios pendientes. 
El hecho de que muchas personas trabajen de manera independiente, tampoco responde en todos los casos a un deseo de emprendimiento: responde también a las limitaciones para acceder al empleo formal, por muchos aspectos como por ejemplo la elevada competencia, la competencia desleal (palancas), la insuficiente preparación académica o ciertas restricciones por edad o salud. Así el libre ejercicio profesional no sólo reduce el nivel de desocupación, sino que contribuye a oxigenar los espacios laborales tanto en el sector público como privado, por lo que de haber sido cierto que la afiliación tenía que ser obligatoria, simplemente se habría creado una situación de conflictividad social.

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