miércoles, julio 14, 2010

Fútbol, Estado y Nación


Se ha terminado el Mundial de fútbol y ya se habla del siguiente. A dos días de la final la Selección española continúa de protagonista en noticieros y portadas de periódicos. Diarios como El Universo de Guayaquil titularon el lunes "Triunfó el fútbol arte" (¿el arte del fútbol aburrido?). Noticias como la aprobación de la nueva Ley de Educación Superior recién vuelven a recobrar importancia, así como el resto de asuntos cotidianos.

Quiero aclarar antes de continuar: no es que odie al fútbol, todo lo contrario: como dijo alguien alguna vez, es una de las alegrías de la gente. Pero lo que si detesto es la salamería de ciertos editores, sea de radio, televisión o prensa, que en un intento patético de captar atención y audiencia intentan mostrar "atributos ocultos" como el supuesto parentesco sanguíneo con los españoles, como hacen cada diciembre en fiestas de Quito, pasando notas para colmo sacadas casi todas de Televisión Española Internacional (a duras penas la única cobertura que hacen de los españoles acá es de un puñado mirando el fútbol en el CCI). Pero no es lo único que incomoda: también los camisetazos, también los dardos contra Maradona (un día héroe y otro villano), también el menosprecio de los torneos locales, también el menosprecio a otros deportes, también la incredulidad, el sentimiento de inferioridad, la falta de valores nacionales que no tengan que ver con historias de patrioterismo que incluyen androides que caminan con sólo dos extremidades en medio de una batalla, que incluyen mapas de la República con costas en el Pacífico y en el Atlántico, que incluyen un himno para colmo no como el mejor del mundo siquiera, sino como "el segundo mejor del mundo".

En fin. Nada contra el fútbol. Ja, ja...

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