No aprovecharé este espacio para recordar el décimo aniversario del evento más publicitado ocurrido un 11 de Septiembre: el supuesto atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York. Tampoco hablaré de la canción que hizo tan famoso a Delfín Quishpe: "Torres Gemelas". Tampoco quiero iniciar una discusión sobre si fue atentado o autoatentado, si el terrorista fue el mismo Pentágono u Osama Bin Laden, ni tampoco sobre qué significa el término terrorista. Solo quiero aprovechar esta oportunidad para recordar aquel evento ocurrido un 11 de Septiembre de 1973 en nuestro continente sudamericano, cuando un alto oficial del ejército chileno, que lamentablemente estudió en nuestro país durante la década de los años cincuentas, en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas de nuestra Universidad Central del Ecuador, decidió un día, calentado las orejas por un tal Killinger o Kissinger -quién sabe- tomarse el poder por la fuerza, en el país más esbelto de nuestra América -tan esbelto que a veces bromeamos al decirles que todo su territorio no es más que una larga playa, mientras ellos nos devuelven cariñosamente el insulto diciendonos que parecemos una oreja-.
Así es. Queremos recordar a las personas que durante esos años creyeron en un proyecto de país distinto, dejando de lado sí fue un intento expansionista de la entonces Unión Soviética o si fue una simple excusa para buscar la Tercera Guerra Mundial. Chile ha sido para nosotros un ejemplo de como los hombres construyen la historia en Latinoamérica, de todas las contradicciones y problemas que esto implica, sobre todo en estos días en que su juventud se ha lanzado contra un sistema que privatiza la educación poniendo un alto precio al derecho de formarse profesionalmente. Para concluir, nuestro homenaje a Salvador Allende, quien a pesar del ambiente altamente hostil, tanto del supuesto lado democrático como de los supuestos revolucionarios, optó por la vía pacífica, con todas sus virtudes y consecuencias, incluso hasta el último momento de su vida, según ha demostrado -supuestamente también- su exhumación durante el primer semestre del año.
2 comentarios:
Y vaya si hay diferencia entre un 11-S y el otro. Mientras los americanos sufrieron un atentado (que no justifico) a partir del odio que generan con su actitud de Bullys del universo, queriendo imponer una supuesta autoridad moral en países donde nadie los necesita, Salvador Allende luchó por un Chile más justo en una época muy difícil donde a partir de su derrocamiento, fueron cayendo uno a uno los gobiernos democráticos en América del Sur. Y casualmente por iniciativa de la C.I.A.
Que casualidad no?
Saludos y el mejor recuerdo para ese Enorme Político Chileno!
Concuerdo contigo Marcelo. Las huellas del plan "Cóndor", auspiciado por la CIA (la misma que entrenó a Bin Laden) todavía siguen latentes. Es nuestra tarea por lo tanto, como comunicadores sociales, el no permitir que las personas olviden estas cosas, ni mucho menos volver a permitir que ocurran, y tener presente siempre que la opresión, de cualquier lado de donde provenga, no va con los derechos civiles.
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