La crisis de Grecia, a la que se agregan las de Portugal e Irlanda, sumada a la alta tasa de desempleo española, ha generado un rumor que por acá se nos hacía hasta hace poco difícil de creer: la posible desaparición del Euro, que podría remecer los cimientos de la Unión Europea. Francia y Alemania, países que históricamente siempre disputaron el liderazgo en Europa, empiezan a pronunciarse con planteamientos que van desde la posible expulsión de Grecia de la zona monetaria, hasta la aplicación de otras sanciones que pudieran en el futuro desanimar a varios países a dejar la moneda única. Las crisis, en este mundo globalizado, ya no corresponden a un solo país, y tampoco a un solo continente. El reciente apagón de California, considerado el estado más rico de los Estados Unidos, que se atribuyó a una falla técnica, es visto por varias personas como un posible autoatentado, cuya finalidad sería que las empresas demanden a la respectiva central eléctrica por daños y perjuicios, además de cobrar seguros por inesperados, con el fin de asegurarse alguna ganancia en tiempo de pérdidas.
¿Y qué tenemos que ver con todo esto? Bueno, por un lado nuestra economía todavía se alimenta de las remesas provenientes sobre todo de España, cuyos medios más liberales y satíricos ya hablan de "regresar a la peseta". Por otro lado, la moneda que utilizamos es el dólar norteamericano. ¿Qué estamos fregados? no sabemos. ¿Qué deberíamos dejar los escrúpulos y empezar a sacarnos la madre entre todos? tampoco estamos seguros. ¿Qué deberíamos ir donde los abuelitos y sugerirles que saquen los sucres que aún tienen guardados debajo del colchón? posiblemente. En fin, no entiendo un carajo de economía, pero hay algo de lo que sí estoy seguro: si tienen una emergencia económica, ¡para esto está Cuotafácil!!
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