Imagínate en un país y una época distintos a la actual (Rumania, 1989), sin internet, sin noticias del exterior, sin otras personas de tu edad haciendo lo mismo que tú pero en otro idioma. Un mundo controlado no por corporaciones ni fantasmas, sino por una persona que controla tu vida en nombre del bien común: algo así como un rey, más bien, un inalcanzable dios entre los seres humanos, que podría decidir sobre tu vida o tu muerte, pero sin libre mercado. Un planeta donde te sentirías un alien de poder ir a otro país, pero donde cualquier escenario distinto, por muy misterioso que fuese, aliente tu esperanza.
Es así como conocí a Olga Balcescu, en un país y una época distintos a los de su historia (Ecuador, 2025), con muchas noticias del exterior y mucha gente haciendo lo mismo que yo pero en otro idioma e incluso con inteligencia artificial. Un mundo controlado por corporaciones y fantasmas de una red de un mundo en libertad que te permite decir muchas palabras con hashtags pero te censura otras tantas, en nombre del bien común: algo así como un rey, más bien, un inalcanzable dios entre los seres humanos, que te da la ilusión de poder decidir sobre tu propia vida o tu propia muerte, en la Sociedad de la Información y el libre mercado. Un planeta donde te sentirías uno más de poder ir a otro país, pero donde un libro como el de Mariasol Pons Cruz (Guayaquil, 1979), difícil de comprar porque tal vez se encuentra agotado o te encuentras sin trabajo y sin dinero, pero accesible en una biblioteca, te de un respiro.
El retrato de Pons de un mundo en blanco y negro, desesperado por conocer el color para algunos, y resignado a permanecer en el mismo canal para otros, mientras el poder mira a colores a escondidas, nos invita a reflexionar sobre el valor de aquello que tenemos, el anhelo que dedicamos a aquello que no, el cómo seguimos corriendo por nuestras vidas pero de distintas maneras y por encima de todo, sobre aquellas cosas que quizás perderemos en el camino, mientras buscamos hallarnos a nosotros mismos. Los lazos que nos unen a nuestras familias y las brechas generacionales que terminarán por separarnos, el amor que a veces nos hunde en lugar de salvarnos, la libertad que a pesar de todo jamás termina de bastarnos, el “sentirnos personas buenas haciendo cosas malas“ mientras el poder es el único en mantenerse fiel a sí mismo.
El Libro de OlgaMariasol Pons
Editorial El Conejo
2017

No hay comentarios:
Publicar un comentario