No podemos negarlo, Fidel Castro es una de los personajes más influyentes del mundo. Cada vez que dice algo, el mundo entero le presta atención. Su posición anti-imperialista y su defensa del socialismo, veinte años después de la caída del muro de Berlín y casi veinte años después del fin de la Unión Soviética, lo han convertido en el líder casi solitario de una cruzada que tiene muchos admiradores no sólo en Latinoamérica, sino en el planeta entero.
Es por todo esto, que sus declaraciones efectuadas a la revista estadounidense The Atlantic de seguro darán mucho de qué hablar, en especial por el reconocimiento de que el modelo económico aplicado en Cuba ya no da para más. Países como China y Vietnam abandonaron los principios marxistas durante los setentas y ochentas; Cuba, que tuvo un modelo paralelo al soviético, continuó con esta línea hasta el presente. La cantidad de cubanos que han ingresado en nuestro país, sobre todo a partir de 2009, ha sido elevada; el apoyo ofrecido por Hugo Chávez bajo el concepto de un nuevo socialismo del siglo XXI (criticado por capitalistas y socialistas tradicionales) quizás esté influyendo también de cierta manera.
Otro punto fuerte ha sido el reconocimiento de la persecución de las minorías sexuales durante los sesentas y setentas. A propósito, la película Fresa y Chocolate puede servir como referencia. En todo caso, quizás Fidel haya notado que Cuba no puede seguir siendo una isla; quizás se dio cuenta de que la supervivencia del socialismo depende de entenderse con el mercado, y no huir de él; quizás se ha dado cuenta de que el mundo no es el mismo que era en 1959.
Es por todo esto, que sus declaraciones efectuadas a la revista estadounidense The Atlantic de seguro darán mucho de qué hablar, en especial por el reconocimiento de que el modelo económico aplicado en Cuba ya no da para más. Países como China y Vietnam abandonaron los principios marxistas durante los setentas y ochentas; Cuba, que tuvo un modelo paralelo al soviético, continuó con esta línea hasta el presente. La cantidad de cubanos que han ingresado en nuestro país, sobre todo a partir de 2009, ha sido elevada; el apoyo ofrecido por Hugo Chávez bajo el concepto de un nuevo socialismo del siglo XXI (criticado por capitalistas y socialistas tradicionales) quizás esté influyendo también de cierta manera.
Otro punto fuerte ha sido el reconocimiento de la persecución de las minorías sexuales durante los sesentas y setentas. A propósito, la película Fresa y Chocolate puede servir como referencia. En todo caso, quizás Fidel haya notado que Cuba no puede seguir siendo una isla; quizás se dio cuenta de que la supervivencia del socialismo depende de entenderse con el mercado, y no huir de él; quizás se ha dado cuenta de que el mundo no es el mismo que era en 1959.
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