Ayer, mientras me disponía a comer un chaulafán en un chifa ubicado en Avenida Gran Colombia, frente al parque de La Alameda, una discusión de las que abundan en Quito, estaba por iniciar: dos tipos, quienes habían bebido como si el trago se fuera a acabar, previo a la vigencia de la Ley Seca, llamaron la atención de los comensales del lugar, luego de que a la afirmación -exaltada- del un borracho trigueño de "YO SOY BLANCO" el amigo le respondiera "CALLATE, VOS ERES MESTIZO". De pronto, el hombre de sangre azul, ofendido por el comentario, elevó el tono de la voz, causando que los camarones de la plancha que estaba sobre sus mesas, saltaran corriendo.
Esta escena, tan típica, no hace sino reflejar el complejo tan extendido de los ecuatorianos, ante la proximidad del Censo Nacional de Población y Vivienda, que se efectuará este domingo 28 de noviembre. Ante los estereotipos sociales, el desprecio al indígena, pero sobre todo, ante el desconocimiento del significado de la palabra "mestizo", al que muchos aún consideran un término peyorativo, tal y como sucedía en la época colonial hasta 1830, el habitante ecuatoriano parece encontrarse ante una encrucijada, que quizás aquellos que emigraron a Estados Unidos o España ya lograron resolver, luego de darse cuenta de que tener el tono de piel "un poco más claro" no significa ser "blanco".
Como si se tratara de un estigma, el mestizaje aún no ha sido comprendido en toda su magnitud, y las personas todavía buscan "blanquearse", con la absurda esperanza de, entre otras cosas, adquirir mayor status social a través de "mejorar la raza". Que lástima. Es entonces cuando entendemos porque nuestra sociedad se mantiene absurdamente atrasada.
En todo caso, si mañana me preguntan si soy blanco, negro o azul, les responderé que soy morado...
Esta escena, tan típica, no hace sino reflejar el complejo tan extendido de los ecuatorianos, ante la proximidad del Censo Nacional de Población y Vivienda, que se efectuará este domingo 28 de noviembre. Ante los estereotipos sociales, el desprecio al indígena, pero sobre todo, ante el desconocimiento del significado de la palabra "mestizo", al que muchos aún consideran un término peyorativo, tal y como sucedía en la época colonial hasta 1830, el habitante ecuatoriano parece encontrarse ante una encrucijada, que quizás aquellos que emigraron a Estados Unidos o España ya lograron resolver, luego de darse cuenta de que tener el tono de piel "un poco más claro" no significa ser "blanco".
Como si se tratara de un estigma, el mestizaje aún no ha sido comprendido en toda su magnitud, y las personas todavía buscan "blanquearse", con la absurda esperanza de, entre otras cosas, adquirir mayor status social a través de "mejorar la raza". Que lástima. Es entonces cuando entendemos porque nuestra sociedad se mantiene absurdamente atrasada.
En todo caso, si mañana me preguntan si soy blanco, negro o azul, les responderé que soy morado...
1 comentario:
Mejor hay que declararse incoloro para ahorrarse tanto lío, je je.
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