Este quizás es uno de los pocos libros que he leído en el mismo año de su lanzamiento, ocurrido el 27 de julio de este año: Altanoche, del quiteño Andrés Cadena (para variar otro de los libros de las planillas de luz), joven autor quién trabajó como corrector de estilo en el Diario Hoy, pero a quien no recuerdo haber conocido durante el corto tiempo que trabajé en ese periódico.
En fin, el texto se compone de cuatro cuentos: "Altanoche", que da el título a la obra, y el más extenso; "Un muerto", que trata sobre una serie de acontecimientos domésticos que pudieran haberle pasado a cualquiera durante un paseo de fin de año, con la postal de un fallecido del que nunca se sabe nada (que nos plantea la posibilidad de un ambiguo viaje astral); "Un tipo de inercia", acaso el relato más rescatable, con las peripecias de un emigrante ecuatoriano en los EEUU, y "La importancia de la música", cuento cuyo estilo parece recordarme a Un delfín y la Luna o Historia de un Intruso, de Marco Antonio Rodríguez.
Sobre el relato principal, "Altanoche", el intento de ejecución como thriller le otorga cierta ventaja que lamentablemente se va rezagando a la hora de la descripción de los personajes, tan atrapados en el acartonado estereotipo de personajes que beben vino mirando a las calles de París. Nos deja con una sensación de misterio que lamentablemente no es satisfecha -o dopada- por la posibilidad de un final abierto. Encuentro en todo caso más auténtico a "Un muerto", narración más liberada de la búsqueda de barroquismos que pudieran hacernos creer que leemos no a un tipo de treinta y tantos, sino a un trasnochado modernista de inicios del siglo XX.
Altanoche
Andrés Cadena
Campaña Nacional Eugenio Espejo por el Libro y la Lectura
2016
6.5/10
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