sábado, noviembre 19, 2016

Un Hombre Futuro (2016)

"Porque en la morgue no está nunca un cadáver reconocible. Un cadáver no se parecer en nada a nadie. Un cadáver solamente puede parecerse a otro cadáver...", dice a modo de entrada, de advertencia del infinito, un fragmento de la novela Un Hombre Futuro, del guayaquileño Ernesto Carrión, en la edición publicada por Corporación Eugenio Espejo por el Libro y la Lectura, en 2016, y que para variar, encontré de pura casualidad en mi casa, que decidí ojear mientras estaba en el baño, situación que puede parecer cómica, pero que a veces es una ayuda a la concentración.
Debo admitir, sin embargo, que el empleo del recurso de la historia romántica-erótica casi termina por desanimarme (he visto tantas veces este comodín); sin embargo, un ingrediente logra salvar esta duda: el lugar donde inicia, Cuba, la tan idealizada, criticada y aclamada Cuba socialista, que tiene un lugar especial en esta novela.
El retrato de dos mundos representados por un padre y un hijo reencontrados, pero no por vínculos de amor filial, el hábil uso de nuestro entorno nacional (tomado desde uno de los fragmentos más complejos de nuestra historia reciente, los años ochentas), una perspectiva crítica pero sutil del influjo forzado de la ideología (con una mirada de Alfaro Vive Carajo y una misteriosa foto del Ché en Guayaquil) y la analogía del escritor que debe hallar su ruta en un mundo sinuoso, consiguen plantearnos una historia que solo puedo definir en una palabra: interesante.

Un Hombre Futuro
Ernesto Carrión
2016
Corporación Eugenio Espejo por el Libro y la Lectura
9/10

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